En referencia al post anterior, quiero hacer una corrección, lo cierto es que miento un poco: sí hay una actividad que hago prácticamente a diario, a primera hora de la mañana o, a veces, anticipándome al sol, a última hora de la noche, cuando acudo a mi encuentro con la persona más especial que me he encontrado en todo este viaje, el Swami Atma.
Al Swami Atma lo encontré por casualidad el segundo día después de llegar a Rishikesh. Mucha gente viene buscando un guru o un guía espiritual. Sin embargo yo, que no buscaba, de alguna manera lo encontré. Pasando junto a su estancia frente al río, sentí la necesidad de pararme y asomarme y, tras una breve y relajada charla, empecé a visitarle regularmente y así, a aprender sobre sobre filosofía, literatura y teoría y práctica aplicada a los caminos que separan la mente del espíritu.
De las primeras cosas que me enseñó es que el OM es la solución para todos los problemas del mundo, sólo hay que entregarse y creer en él. Resumido es algo así como que el OM es dios y dios somos nosotros, por lo tanto creer en el OM es creer en nosotros.
A mí me suelta esto y yo no puedo evitar decirle riéndome que qué sencilla ve la vida y me dice que no es cómo la ve él sino que en realidad es así, sólo que la mayoría de la gente no se da cuenta de lo simple que es. Un día, por ejemplo. le pregunto:
-Swami, tengo un pensamiento negativo que aparece repetidamente en mi cabeza, ¿hay alguna técnica que me ayude a deshacerme de él?
-por supuesto, cantar OM!
Así que como buena penitente, me hago catorce OMs cada vez que "el pensamiento" aparece y, adivinad qué: después de tres días ya no lo he vuelto a tener.
Me gusta que tiene mucho sentido del humor. Al terminar una clase en la que se suponía que tenía que ser capaz de ver colores con los ojos cerrados, le digo como en Muchachada Nui, que si me aprieto los ojos, me aparecen punticos, pero ya está y él se meaba de la risa...
Me dice que estoy mejorando mucho mis prácticas y yo le digo que cómo lo puede saber, si básicamente nos sentamos uno frente al otro sin decir nada!? Pero sea como fuere, yo le creo cuando me habla con los ojos semiabiertos, desde ese sitio al que la sabiduría brinda la oportunidad de llegar solamente a los más dedicados. Es la persona más pura, tranquila y sincera que he conocido en mi vida.
Se puede apreciar su manera de ver la vida cuando le pregunto qué tal ha sido su viaje a Pushkar y me enseña un vídeo de seis minutos de unas palomas volando en círculos y otro de igual duración en el que se ven las hojas de un árbol moviéndose con el viento. O cuando me dice que le sorprendió que en España la gente se pide un plato para comer cada uno individualmente, sin compartir la comida...
Últimamente paso mucho tiempo en compañía de él y otros dos Babas y es como vivir con Dumbledore y los profesores de Hogwarts sólo que en tonos naranjas. Saben que la comida tiene el punto justo de sal simplemente oliéndola o cuándo alguien está a punto de llamar a la puerta, Los pájaros acuden a su llamada como en una película de Walt Disney para comer miguitas de chapati. Si cruzo con ellos el puente, justo cuando estamos en el medio, docenas de patos vuelan sobre nuestras cabezas formando una línea paralela al horizonte. Éstas y otras cosas que no se explican con la razón son las que ocurren cuando estoy juntos a ellos y me encanta poder vivirlas, como en un cuento.
Aquí le podéis ver en una entrevista en la terraza de su casa.
Aquí le podéis ver en una entrevista en la terraza de su casa.