14 mar 2015

Mi vida con los yogis



En referencia al post anterior, quiero hacer una corrección, lo cierto es que miento un poco: sí hay una actividad que hago prácticamente a diario, a primera hora de la mañana o, a veces, anticipándome al sol, a última hora de la noche, cuando acudo a mi encuentro con la persona más especial que me he encontrado en todo este viaje, el Swami Atma.

Al Swami Atma lo encontré por casualidad el segundo día después de llegar a Rishikesh. Mucha gente viene buscando un guru o un guía espiritual. Sin embargo yo, que no buscaba, de alguna manera lo encontré. Pasando junto a su estancia frente al  río, sentí la necesidad de pararme y asomarme y, tras una breve y relajada charla, empecé a visitarle regularmente y así, a aprender sobre sobre filosofía, literatura y teoría y práctica aplicada a los caminos que separan la mente del espíritu.

De las primeras cosas que me enseñó es que el OM es la solución para todos los problemas del mundo, sólo hay que entregarse y creer en él. Resumido es algo así como que el OM es dios y dios somos nosotros, por lo tanto creer en el OM es creer en nosotros.
A mí me suelta esto y yo no puedo evitar decirle riéndome que qué sencilla ve la vida y me dice que no es cómo la ve él sino que en realidad es así, sólo que la mayoría de la gente no se da cuenta de lo simple que es. Un día, por ejemplo. le pregunto:

-Swami, tengo un pensamiento negativo que aparece repetidamente en mi cabeza, ¿hay alguna técnica que me ayude a deshacerme de él? 
-por supuesto, cantar OM! 

Así que como buena penitente, me hago catorce OMs cada vez que "el pensamiento" aparece y, adivinad qué: después de tres días ya no lo he vuelto a tener.

Me gusta que tiene mucho sentido del humor. Al terminar una clase en la que se suponía que tenía que ser capaz de ver colores con los ojos cerrados, le digo como en Muchachada Nui, que si me aprieto los ojos,  me aparecen punticos, pero ya está y él se meaba de la risa...
Me dice que estoy mejorando mucho mis prácticas y yo le digo que cómo lo puede saber, si básicamente nos sentamos uno frente al otro sin decir nada!? Pero sea como fuere, yo le creo cuando me habla con los ojos semiabiertos, desde ese sitio al que la sabiduría brinda la oportunidad de llegar solamente a los más dedicados. Es la persona más pura, tranquila y sincera que he conocido en mi vida.

Se puede apreciar su manera de ver la vida cuando le pregunto qué tal ha sido su viaje a Pushkar y me enseña un vídeo de seis minutos de unas palomas volando en círculos y otro de igual duración en el que se ven las hojas de un árbol moviéndose con el viento. O cuando me dice que le sorprendió que en España la gente se pide un plato para comer cada uno individualmente, sin compartir la comida...

Últimamente paso mucho tiempo en compañía de él y otros dos Babas y es como vivir con Dumbledore y los profesores de Hogwarts sólo que en tonos naranjas. Saben que la comida tiene el punto justo de sal simplemente oliéndola o cuándo alguien está a punto de llamar a la puerta, Los pájaros acuden a su llamada como en una película de Walt Disney para comer miguitas de chapati. Si cruzo con ellos el puente, justo cuando estamos en el medio, docenas de patos vuelan sobre nuestras cabezas formando una línea paralela al horizonte. Éstas y otras cosas que no se explican con la razón son las que ocurren cuando estoy juntos a ellos y me encanta poder vivirlas, como en un cuento.

Aquí le podéis ver en una entrevista en la terraza de su casa.




11 mar 2015

El noble arte de no hacer nada





Con la celebración del festival de yoga anual, ordas de turistas llenan el paso entre los dos puentes. Al observarles y después de conversar con las nuevas llegadas, he sacado las siguientes conclusiones. Admito que, en alguna de ellas, me veo o me he visto reflejada en algún momento:

- Al recién llegado se le distingue porque camina con paso apresurado aunque no tenga prisa.

- Generalmente tiene prisa.

- Sus vestimentas son una extraña combinación de túnicas y ropa del Quechua. En algunos centros les dicen que se vistan de blanco y el efecto es divertido, con las Ray Ban a juego, parece que más que de un ashram, estén saliendo de la clausura del Pachá de Ibiza.

- Hay un subgrupo, venido específicamente para este evento, que son seguidores de Gurus celebrities, verdaderos fans, como los que van a ver a una banda determinada a un concierto.

- La espiritualidad es un negocio. Esto no es nada nuevo, pero ahora que lo estoy palpando tanto, me veo obligada a corroborarlo.

- Su día está estructurado por los horarios de las clases a las que atiende.

En el mundo occidental, somos esclavos de la planificación y los horarios. Nuestro tiempo fuera de las obligaciones es limitado e intentamos aprovecharlo al máximo, pero, bien pensado, alguna vez intentamos dejarnos llevar, hacer algo sin planes en uno de nuestros días libres, simplemente saliendo a la calle estando receptivos a ver qué nos pasa?

Pues ahora que estoy teniendo la suerte de poder vivir fuera de esta esclavitud planificativa, me doy cuenta de que no es nada fácil liberarse, que nuestra mente tiende inconscientemente a querer saber qué va a ser de nosotros en el futuro, inmediato o lejano, mientras ignoramos el único momento que importa, que es este presente en el que estamos.

Los indios sí que me entienden más, pero me pasa a menudo con los occidentales que me preguntan que qué hago en Rishikesh tanto tiempo si no quiero ser profesora de yoga. Yo contesto que voy calle arriba, calle abajo, conversando con la gente que me voy encontrando y dejándome llevar por las circunstancias de cada momento... "basically going with the flow".

No todo el mundo entiende esta forma de ver la vida y noto que, desde nuestra perspectiva de priorizar el trabajo y las tareas, algunos me pueden catalogar como holgazana, sin darse cuenta de que intentar no hacer nada requiere mucha más energía y concentración que seguir un horario organizado(no es coña). Lo que decía cada noche antes de acostarse un chico de León que conocí en Gokarna:
 -Qué dura es la vida del hippie! otro día más intentando no hacer nada y estoy reventao! jaja!

Tanto a diario como en general en la vida, creo que hay que dejarse llevar pero tener un propósito.Yo me marco un gol al día, como "salgo a comprar unas velas o un bolígrafo" y, cuando vuelvo a casa, igual no lo he conseguido, pero he tenido un día maravilloso. 

Hablaba de esto el otro día con una señora que se estaba pidiendo un chai para llevar, cosa que según mi percepción, se aleja totalmente de la filosofía de tomarse un chai, que es disfrutar de un ratito tranquilo, saboreándolo despacio y apreciando una conversación o simplemente viendo que pasa alrededor. Le explico mi teoría de que, mejor que comer donde nos indica el teléfono en Tripadvisor, dejándose llevar uno y experimentando, seguro que llega a uno de los maravillosos sitios escondidos que tiene Rishikesh. Al final cambió de idea y se quedó conmigo a disfrutar de la bebida y concluimos nuestra charla con estas dos frases:

-"La espontaneidad es libertad" y "En India todo es posible, excepto lo que planeas"